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Todas las mañanas se ve a Don Apolonio Reynoso por las calles de San Miguel Uspantán vendiendo de casa en casa, la leche de cabra, que produce en su hogar. Su historia inició hace algunos años, con el programa “Mejora en la seguridad alimentaria y la salud de familias que viven en áreas donde se cultiva café en Guatemala”; cuando su esposa Juana Us Lux asistió a una capacitación sobre la preparación de quesos de cabra y otros derivados de la leche, donde se enteró de los beneficios de la producción caprina.

La venta de leche de cabra ha permitido mejorar sus ingresos

Por lo que en consenso con su esposo, decidieron ser beneficiados y recibir una cabra de dicho programa, ejecutado por Save the Children, con el apoyo de Green Mountain Coffee Roasters. Desde el momento en que Don Apolonio recibió la cabra demostró interés y responsabilidad en la adopción de prácticas en el manejo caprino, como la construcción y manejo del módulo caprino, la alimentación de la cabra, el despezuñado y la vacunación, entre otros. Pasaron los meses y al ver el empeño y la calidad del manejo de la cabra, el programa le apoyó con materiales para la implementación de dos módulos más. Sin embargo, el reto de Don Apolonio era comprar una cabra más con sus propios recursos, lo que le dio resultados positivos ya que, con esta inversión incrementó su producción caprina.

Al transcurrir el tiempo llego a tener tres cabras produciendo en promedio un litro de leche diario. Cuando el técnico del programa, Miguel Ángel Chipel, llegó a brindarle  asesoría técnica, le propuso comercializar la leche de cabra en la cabecera municipal de Uspantán. Dicho proyecto, fue aceptado por don Apolonio, quien junto a su hijo Arturo decidió salir por primera vez a las calles y avenidas de San Miguel Uspantán a ofrecer la leche de cabra. Según cuenta Don Apolonio, “Al principio tuve vergüenza y un poco de temor al pensar que la leche no iba a tener demanda, pero decidí salir con mis tres cabras, iba tocando la puerta de las familias ofreciendo la leche”

“El primer día vendí 8 vasos, al siguiente día vendí 10 vasos más y de esta manera me motive más; ahora la gente ya me conoce y solo grito: la leche, la leche, y las personas salen con su vaso a recibirla”.

Dentro de las anécdotas importantes, Don Apolonio cuenta que las personas le agradecen por llevar la leche de cabra a su hogar, ya que está les ha curado algunas enfermedades como la gastritis y los problemas de los huesos, entre otras más, lo que le animado a continuar con la venta de la leche. El día de Don Apolonio inicia muy temprano, a las 5:00 de la mañana, cuando lava las ubres a sus cabras. A las 5:40 sale a vender la leche de cabra a la cabecera municipal, donde hace su recorrido y regresa a su hogar a las 9:00 de la mañana. El resto del día lo utiliza para la alimentación de la cabra, la limpieza de los módulos, la recolección de la orina y el estiércol.

Con la llegada del Programa de Acciones Integradas de Seguridad Alimentaria del Occidente (PAISANO), apoyado por la Agencia de los Estados Unidos para el desarrollo Internacional (USAID), ha fortalecido aún más sus conocimientos y prácticas pecuarias; por consiguiente se han incrementado sus ingresos económicos. Ha recibido capacitaciones y asesoría técnica en el plan profiláctico, alimentación caprina, el manejo de subproductos de la cabra tales como abono y orina de cabra, entre otros. Como resultado de dichas capacitaciones ha incrementado la producción y venta de leche, así como la venta de quintales de abono y de litros de orina, por los cuales recibe Q.35.00 y Q.3.00 respectivamente.

Sus conocimientos y experiencia de campo, también le han permitido ser electo como promotor agropecuario de su comunidad, quien se caracteriza por motivar y dar ejemplo a otras familias. Pero, la vida de Don Apolonio no era así, pues todos los años viajaba a la costa de noviembre a abril, durante el período de la zafra. El resto del tiempo trabajaba como jornalero limpiando milpa y le pagaban únicamente Q 35.00 a Q. 40.00 por día. A pesar que generaba ingresos, no le alcanzaba para pagar deudas y sostener a su familia.

En la actualidad, con la venta de la leche está obteniendo Q.130.00 a Q. 150.00 por día y Q.5,000.00 al año por la venta de estiércol. Don Apolonio se siente afortunado y agradecido por haber mejorado la vida de su familia; sus hijos están creciendo sanos ya que están consumiendo leche de cabra todos los días. Ahora cuenta con recursos para la vestimenta y compra de medicina y ha mejorado la estructura de su vivienda. Su esfuerzo, se ve reflejado en la compra de 4 cuerdas de terreno en 2014 y esté año compró 25 cuerdas más, en las cuales sembrará árboles y pasto para sus cabras, pues su gran anhelo es incrementar su producción de cabras hasta llegar a tener 30 cabras y de esta forma seguir vendiendo leche.

2017-10-16T20:10:12+00:00